ROMAN LESCANO - HISTORIA DEL CINE II - LA METRO JULIO 2011

ROMAN LESCANO - HISTORIA DEL CINE II - LA METRO JULIO 2011

3. Bernard Herrmann: El alter ego musical de Hitchcock

Bernard Herrmann tenía una de las carreras más exitosas de todos los compositores del siglo XX y mucha gente califica a su colaboración con Hitchcock como una de las más famosas de la historia entre un director y un compositor. Bernard decía ''Hitchcock sólo acaba una pelicula al 60%, yo la termino por él''. Siempre se destacó como compositor y antes de trabajar con Hitchcock ya había compuesto la música de varias películas, entre ellas Citizen Kane y The Magnificent Ambersons.
Tal como los guionistas, el director y los actores, Herrmann era considerado un dramaturgo. Su obra se caracterizó por cierta simplicidad que hacía focalizar la atención en las notas a  la vez que complementaba el estilo narrativo de Hitchcock. Muchos lo llamaban el alter ego de Hitchcock.
Una escena característica de Vertigo, película considerada como la obra maestra de Bernard, donde Jimmy Stewart persigue a Kim Novak en su auto por veinte minutos, demuestra el gran talento de Herrmann, quien con su obra mantiene la atención del espectador a pesar de la falta de diálogo de la escena. Es curioso que a pesar de su ingenio indiscutible, ninguna de sus bandas sonoras haya sido nominada a un premio de la academia.
Herrman no permanece en un tono concreto, capta el estado emocional de los personajes y  siempre tiene como propósito generar la sensación de que no pisar con los piés en la tierra.

La banda sonora de Psycho, una de las más memorables bandas de la historia del cine, también es de su autoría. 

La relación entre Hitchcock y Bernard era tan buena que aunque no hay banda sonora en The Birds, aún así lo contrató como asesor de sonido para esta película. 

Bernard Herrmann no escribía melodías en su música, y en parte se puede decir que por eso funciona de manera tan efectiva, sobre todo con Hitchcock,  porque escribía frases cortas que repetía una y otra vez, cambiando la instrumentación y arrastrando al espectador casi a un torbellino de sonidos. 

Otro dato curioso es que Herrmann acabara la banda sonora de Taxi Driver la noche que murió, hizo la supervisión de la última sesión de grabación, volvió a su hotel y murió miestras dormía.  Lo cual en cierta forma demuestra el gran profesional que era: trabajó hasta el último día de su vida.